lunes, 18 de octubre de 2010

Deflowering II: I

-¿Por cuánto crees tú, venderá un ángel su halo?
-¿Estás hablando de la virginidad de alguien dulce e inocente, preferiblemente rubia, alta de ojos azul cielo y francesa?
-Muy chistoso, pero ahora que lo mencionas… ¿será que es virgen o es sólo una pose para que todo el mundo esté detrás de esa carita inocente?
-¿cómo tú? No lo sé, pero si tanto te apetece, ofrécele una suma astronómica de dinero, solo por el placer de verla decir sí o no…
-¿o que me pegue una cachetada? No Rory, paso.
-Tú te lo pierdes.
El silencio que crecía entre los dos era cómodo como ninguno que hubiéramos tenido antes, el no era mi hermano, mi jefe, mi novio o mi amante, era simplemente él que estaba, por primera vez, oportuno ahí. Como un amigo. Y era un buen cambio.
“Él no sabía que tenía un corazón, no sabía el significado del amor, hasta que yo se lo enseñe, yo hice que su corazón latiera sangre, como fuera, de hiel, en hielo, con fuego, el no sabía que tenía corazón”…, Eso estaba escrito en un hoja de papel que Christina me había dado esta mañana cuando me vio entrando a su edificio, ese pedazo de papel que ahora estaba arrugado reposaba en su puño cerrado de la mano derecha.
-Rory…
-¿Sí?
-Tú debes saber si Olivia es virgen o no.
-¿Por qué habría de saberlo yo?
-No lo sé…Rory, ¿Has hablado con Christina?
-No, los ojos negros dejaron de gustarme.
El azul del cielo, se dejaba ver por entre el gran ventanal del apartamento de Rory, todo estaba muy tranquilo, la calma no era opresora y la melancolía de Rory a estas alturas se contagiaba.
-Dan.
-¿Si?
-Vamos a fumarnos un porro en el parque.
-¿para qué?
-para despedir a las personas, enterrarlas con respeto, cuanto se necesita, para la persona que te enseño a amar.
“Hasta que me arranque el mío del pecho y se lo entregue, para que demostrar a él que si tenía uno”
Y esa parte de la corta carta era la que había arrancado Rory, estaba en su bolsillo izquierdo, donde estaba el papel con el que envolvía los porros.
Al salir del apartamento una bola de papel amarillo entro libremente en la acera.

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